Cuando hace unos meses nos dieron fecha para operarte en Agosto lo veíamos tan, tan lejano que no queríamos hablar mucho del tema pero pasó el tiempo y la fecha se acercaba.
Uffff los nervios aparecían y los miedos e incertidumbres crecían por momentos.
Pensábamos que nunca llegaría ese día, pero como en todo, el día llegó y gracias a Dios todo ha salido bien y ya estamos en casita los cuatro.
Ese día fue interminable y parecía que las horas no pasaban, uffff qué nervios pasamos.
Desde el minuto uno que entramos en el hospital nos sorprendiste con tu actitud. Sabías que te iban a operar, porque te lo habíamos dicho y te portaste de manera ejemplar. Nos dejaron acompañarte y prepararte para la operación
Creo que tu cara refleja a la perfección lo que sentías ¡¡¡¡MIEDO!!!, a lo desconocido, a lo que pasaría una vez nos separáramos, ... aún así supiste controlarlo hasta la mismísima puerta del quirófano, donde ya fue inevitable que rompieras a llorar abrazándome y sin querer soltarte de mi cuello. Fue duro dejar que nos separaran y más de esa manera, pero bueno el saber que era por tu bien lo hizo un poquito más llevadero.
Así comenzaba una larga y dura espera. Agradecer al equipo de otorrinos pediátricos de La Zarzuela el trato y la comprensión recibidos por su parte. Nos informaron en cuanto te quitaron las vegetaciones y toda la parte membranosa de la coana, indicándonos que se ponían con la parte del hueso. La anestesia general y todo lo de la perforación del hueso era lo que más no aterraba, pero gracias a Dios todo ha salido a la perfección.
Pude estar contigo en la sala de reanimación y aunque la niña del exorcista se quedaba corta a tu lado, me dijeron que era una reacción normal por la anestesia y los gases. Poco a poco te fuiste tranquilizando y te subieron a la habitación.
No pudiste evitar ponerte a llorar cuando viste a papá, a Aitana, a los abuelos y a Candela, pero te duró poco.
Nuevamente nos has dado a todos una lección de fortaleza, lucha y ganas de vivir. Ni una sola queja, nos has dejado a todos con la boca abierta, esperábamos mucho de ti, ¡¡¡pero no tanto!!!!.
¡¡¡ERES UNA CAMPEONA!!!
Ya estamos en casa y tu comportamiento sigue siendo ejemplar, sin quejas, obedeciendo a las pautas, prácticamente sin rechistar en las curas y sobre todo contenta y con tus habituales ganas de jugar.
Millones de gracias a los que os habéis preocupado, por vuestras llamadas, mensajes, visitas y a los que no ... pues también gracias, vuestros gestos os delatan y engrandecen los de los demás.
A ti mamá agradecerte de corazón y una vez más que te quedaras con Aitana, sé que te hubiera encantado estar con nosotros en esos momentos de espera, tú comprensión y entrega ha sido ejemplar y a papá igual, gracias por llevarnos, traernos y sobre todo por acompañarnos en esos momentos tan duros. Sin vosotros no hubiera sido posible.
Espero que con esta operación cerremos una etapa durísima de nuestras vidas, llena de satisfacciones pero muy dura. Veremos la evolución y lo que nos dicen el jueves.
Sigue luchando y dándonos lecciones a los que te rodeamos.