El pasado viernes recibimos una de las noticias que más felices nos han hecho, y es que por fin, después de cuatros años, ochos meses y doce días te han dado de alta en la consulta de neuropediatría.
Nosotros te vemos bien, estás bien, pero siempre te quedan dudas y las continuas revisiones, aunque tranquilizan, el tener que repetirlas te crea dudas, porque pienso que si está todo bien ¿por qué hay qué volver?.
Pero oír que todo está bien, y que los fantasmas de la hormona del crecimiento, entre otros, que rondaban en las primeras consultas, han desaparecido al darte el alta.
Cuando oí esas palabras no pude evitar emocionarme y llorar de alegría. Aún hoy, escribiéndolo, los ojos se me llenan de lágrimas, oír a la doctora decir que, cuando naciste era impensable que tu evolución y progresos fueran a ser los que han sido, es duro y a la vez es reconfortante ver que los peores pronósticos, con esfuerzo y rodeados de buenos profesionales se pueden superar.
Si en el colegio no detectan trastorno por déficit de la atención, no volveremos a esa consulta. De momento en el colegio tu desarrollo es completamente normal y comentando con Raquel este punto, nos ha comentado que para nada, tu nivel de atención es elevado, no obstante te observará y a la mínima se pondrá en contacto con nosotros.
Hoy estoy feliz, muy feliz y aunque echar la vista atrás entristece hoy miro con mucho orgullo esta foto (que por cierto te encanta, siempre pides ver tu casita de Blancanieves donde estuviste los primeros meses de vida)
y con mucha alegría en lo que te has convertido, eres un ángel, mi ángel, nuestro ángel
